La recuperación mundial continúa, pero a un ritmo cada vez más lento y frágil. En los meses transcurridos desde la última edición de Perspectivas de la economía mundial (informe WEO, por sus siglas en inglés) se ha registrado un nuevo episodio de volatilidad en los mercados mundiales de activos, el crecimiento ha perdido algo de ímpetu en las economías avanzadas, y las economías emergentes y los países de bajo ingreso continúan enfrentando vientos en contra.
Además, varias tensiones de origen no económico amenazan la actividad económica. Estos factores no solo nos llevan a revisar una vez más a la baja y en forma general nuestras proyecciones de base para el crecimiento económico en 2016 y 2017, sino que también hacen pensar que los resultados que podrían surgir de otros escenarios son a la vez menos favorables y más probables. Pese a este panorama más sombrío de los fundamentos económicos, a la fecha, los mercados financieros en las economías avanzadas se han recuperado en parte del retroceso que sufrieron en las primeras semanas de 2016.
El anuncio de algunos datos más favorables, un afianzamiento de los precios del petró- leo, la moderación de las salidas de capital de China y las decisiones tomadas por los principales bancos centrales han contribuido en forma colectiva a mejorar la actitud de los mercados. Esta evolución se condice con nuestra proyección central de que el crecimiento en los próximos dos años, si bien se situará por debajo de lo que considerábamos probable hasta hace unos pocos meses, aún será ligeramente mayor que en 2015. Pero nada está garantizado. Persisten importantes riesgos a la baja, y ciertos eventos que agravan esos riesgos podrían fácilmente desencadenar una nueva agitación financiera.