El presidente brasileño Michel Temer podría tener las horas contadas. El Tribunal Supremo autorizó ayer abrir una investigación judicial al mandatario después de que un empresario le haya situado en el centro de una supuesta trama de sobornos. Entretanto, el Jefe de Estado anunció que no dimitirá, empero han comenzado las deserciones entre sus aliados y los mercados entraron en pánico.
Los dueños de la empresa cárnica JBS grabaron de forma oculta una conversación en la que Temer da su consentimiento a que se sigan aportando sobornos para comprar el silencio del expresidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, preso en la cárcel desde hace meses por corrupción.
“Eso tiene que continuar, ¿ok?”, habría señalado Temer, según consta en un audio que no se divulgó todavía por decisión de la Justicia. Cunha era, hasta su detención, el fiel escudero de Temer y el artífice del proceso de destitución contra Dilma Rousseff que le subió al poder.
Por su parte, el presidente Michel Temer niega los reportes periodísticos que afirman que autorizó sobornos para silenciar a Eduardo Cunha, el expresidente de la cámara baja del Congreso brasileño. “No renunciaré. Repito. No renunciaré y exijo una esclarecimiento pleno de todo”, afirmó el presidente durante un mensaje televisado desde el Palacio de Planalto.
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