Aduana se incautó de 30 t de medicamentos y los incineró

Juan René Castellón / Cambio

La diferencia entre comprar un medicamento en una farmacia y hacerlo en el comercio ilegal puede ser estar vivo o estar muerto. Ésta fue una de las reflexiones expuestas en el foro denominado “Negocio   de la muerte”. 

El encuentro lleva el nombre del estudio “Negocio de la muerte, comercio informal de medicamentos en Bolivia”, elaborado por el investigador Gonzalo Vidaurre y presentado ayer por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE). 

En el foro, que contó con unas 300 personas, se expusieron los resultados de la investigación. Vidaurre dijo que uno de los hallazgos principales es que “el contrabando de medicamentos representa entre el 18% y 21% del total de las ventas de la industria farmacéutica en el mercado interno”. 

Tal es la magnitud de este negocio ilícito, que el autor indicó que éste “representa el 0,2% del PIB (Producto Interno Bruto), es decir, una pérdida de crecimiento del PIB en 0,2%, una destrucción de empleos cercana a 1.100 fuentes de trabajo y una evasión impositiva que bordea los 15 millones de dólares”. 

Tenemos que coordinar

Entre los participantes estuvieron autoridades nacionales como el viceministro de Seguridad Ciudadana, Wilfredo Chávez, y la presidenta de la Aduana Nacional, Marlene Ardaya, entre otras. 

Luego de destacar el libro, Chávez comentó que “debemos coordinar actividades con los sectores involucrados, como farmacias, laboratorios e importadores de medicamentos, y realizar mayores esfuerzos institucionales para hacer cumplir la ley vigente, u operativizarla y actualizarla tomando en cuenta lo expuesto”.

Ardaya, por su parte, mostró que el Gobierno lucha contra el contrabando de medicamentos y fruto de esa labor el año pasado se incautó de 30 toneladas de productos ilegales. 

Explicó que los fármacos deben contar con una certificación de la Agencia Estatal de Medicamentos y Tecnologías en Salud (Agemed) y si no los tienen, “inmediatamente ser decomisados”. 

Además, resaltó que “todos esos productos son incinerados, porque se trata de un tema de salud pública”. Sin embargo, el contrabando tiene mecanismos y circuitos para internar fármacos al país, principalmente desde Perú y Argentina, señaló Ardaya.

El estudio del IBCE, que no ahondó en esos mecanismos de internación, constató que el 40% de la población no sabe cómo detectar un medicamento de contrabando. Para contrarrestar la falta de información, recomienda crear una aplicación para celulares  e incidir en la educación. 

Mesas de trabajo para facilitar la importación

La Aduana Nacional está dispuesta a debatir con las empresas mecanismos para agilizar la importación de medicamentos, anunció ayer la presidenta de esa entidad, Marlene Ardaya, en el foro “Negocio de la muerte, comercio informal de medicamentos en Bolivia”.

 
“Como Aduana abrimos la posibilidad de armar en los próximos días mesas de trabajo para ver procedimientos que permitan hacer más eficiente la importación de medicamentos en el país”, señaló durante la presentación del estudio.

La autoridad consideró que la investigación debe ser fortalecida “preguntándonos, por ejemplo, por qué surge el contrabando”. 

Además, planteó que puede servir para “analizar medidas que podrían tomarse desde la Aduana para agilizar la importación de medicamentos prioritarios como los oncológicos”. 

Ardaya explicó que la desaduanización de medicamentos demora 24 horas y el requisito es tan sólo la certificación de la Agencia Estatal de Medicamentos y Tecnologías en Salud. 

Detalló que en casos complicados se solicita la intervención de los expertos del Servicio Nacional de Propiedad Intelectual.