Pablo López denunció que un fierro cayó parcialmente durante el despegue en Uyuni. Denunció también que las instrucciones de seguridad fueron interrumpidas.
La aerolínea Boliviana de Aviación (BoA) es otra vez blanco de una ola de críticas en redes sociales a partir de una denuncia realizada por Pablo López quien cuenta que una de las barras del portaequipaje se desprendió parcialmente y casi golpea en la cabeza a dos pasajeras.
El avión en el que ocurrió el incidente es el OB 315 que iba de Uyuni (Potosí) a La Paz. Este vuelo salió 15 minutos antes de lo previsto y las instrucciones de seguridad, que sólo fueron dichas en español, fueron interrumpidas debido a la “falta de tiempo”.
Desde el domingo 24 de junio que se escribió la publicación hasta el viernes pasado más de 4.300 usuarios compartieron el estado y unos 2.100 indicaron que les molesta esa situación.
Además, la publicación fue utilizada como una especie de foro en el que la gente encontró un espacio para denunciar sus malas experiencias con la empresa BoA.
Una de ellas fue Marielle Quiroga, quien contó que trabajadores de BoA la sacaron de la fila de embarque porque su bebé de cuatro meses se puso mal de salud. Recuerda que era medianoche y no le reembolsaron el pasaje, no le ayudaron con las maletas ni le recomendaron algún hotel.
“BoA no tiene compasión porque abusaron de una madre viajando sola con su bebé (...) Nos dijeron que iban a esperar qué decía el médico y no fue así. Nos dejaron plantados en una escala de un vuelo que tenía conexión”, agregó Quiroga.
A Laura Maida también se le viene a la mente una escena “terrible” antes de viajar en BoA. Era medianoche, hacía frío (10 grados) y obligaron a los pasajeros a esperar una hora en la pista mientras revisaban las maletas.
“No se preocuparon por las mujeres embarazadas, los niños, bebés y personas mayores. Encima las azafatas respondían con la peor voluntad”, escribió Maida quien también perdió sus siguientes conexiones.
La mayoría de las personas expresaron su preocupación, pues por tratarse de una empresa estatal las denuncias no tienen peso.
“Lamentablemente nunca tendrá solución porque las instituciones llamadas por ley para ver estos problemas son serviles al Gobierno y si hacen algo Evo los manda a su casa”, escribe Germán Rufino.
Para López es un dolor de cabeza denunciar ante las instancias correspondientes. “Te hacen ir, mandar carta, volver, hacer seguimiento”, dice. Por eso las más de 10 denuncias que tuvo contra BoA las hizo mediante Facebook; sin embargo, en esta oportunidad no pudo hacerlo porque lo bloquearon de la página oficial.
“Algo que no escribí en la publicación fue que en el vuelo de ida a Uyuni , vi que la pieza metálica estaba pegada con un masking tape, por lo que ellos sabían que había un desperfecto”, comentó López.
En esta ocasión aseguró que denunciará el caso a la Autoridad de Regulación y Fiscalización de Telecomunicaciones y Transportes (ATT).
Propuestas
Uno de los usuarios propone denunciar a la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) todas estas faltas y desviaciones al estándar mínimo operacional.
“A mí me pasó lo mismo en un vuelo. Me senté y el apoyabrazos se salió cortándome en el antebrazo izquierdo. Lo único que hicieron fue sacar un botiquín y reparar a golpes el asiento. A pesar de reclamar a la ATT no hubo ningún resultado”, escribió Gabriel Villegas.
Otra de las propuestas es crear una página de quejas en Facebook, sugirió Susana Oblitas. “Existen varias anomalías, pero no respetan nuestras denuncias (...) La triste realidad es que solamente existirá esta línea”.
También impulsan el uso del hashtag #BoaApesta. “La idea es que se haga conciencia y se acumulen los comentarios y las críticas para evitar, sobre todo, que ocurra una tragedia”, indicó Antonio Arauco.
Este hashtag se utiliza también en Twitter desde agosto de 2017. Una de las publicaciones en esta red social la hizo Claudia Bravo, quien denunció que enviaron su equipaje en otro vuelo debido a un exceso de kilos, pero el viaje se hizo con varios asientos vacíos, indicó.
Al respecto, López recomienda hacer denuncias con fundamentos sobre todo para velar por la seguridad de los pasajeros.
28 incidentes entre 2015 y 2017
Incidentes La empresa Boliviana de Aviación (BoA) duplicó la cantidad de incidentes desde 2015 hasta 2017, hasta acumular un número de 28 en el período de análisis, según un reporte de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), del 19 de febrero de este año. Entre estos casos están percances en el aterrizaje, paso y partida de los aviones en aeropuertos.
Informe En noviembre de 2017, el diputado opositor Amilcar Barral realizó una Petición de Informe Escrito (PIE) al ministro de Obras Públicas, Milton Claros para conocer la cantidad de incidentes en BoA. La autoridad derivó la petición a la DGAC y esa instancia respondió que en 2015 se registraron seis casos; en 2016, ocho; pero en 2017 hubo 14 incidentes.
La caída de la barra de fierro “fue por una vibración”
El vuelo OB 315 que iba desde Uyuni hasta La Paz no contó con una explicación de seguridad en inglés, a pesar de que la mayoría de los pasajeros eran extranjeros. Esta denuncia fue aceptada por Boliviana de Aviación (BoA) que aseguró que en los vuelos locales no se necesita hablar este idioma.
“Se presentó requerimiento de una persona de tercera edad que necesitaba asistencia y se dio prioridad a la misma. Por ello, no se completó la explicación en inglés, aclarando que la explicación en idioma inglés no está requerida en un vuelo local”, se lee en una de las respuestas que hizo BoA a un cuestionario de preguntas que mandó este medio.
Según la aerolínea estatal, el desprendimiento de este objeto se debió a la vibración causada en la fase de despegue. “Esto no compromete la seguridad de la operación, la integridad estructural de la aeronave, ni daños físicos a los pasajeros. Como medida de contingencia se reubicó a los pasajeros”, indicó.
Agregaron que no se trata de una barra de hierro, sino de una rejilla liviana ubicada en la parte superior del panel de iluminación y máscaras de oxígeno.
Este medio intentó comunicarse con representantes de la Autoridad de Regulación y Fiscalización de Telecomunicaciones y Transportes (ATT) y la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC). Los comunicadores de ambas instancias pidieron mandar un cuestionario que fue enviado el miércoles 27 de junio, sin embargo no hubo respuesta.
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