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Presionado por investigación de la Asamblea, Mesa ya no cierra la idea de ser candidato

  24 de mayo de 2018

Cuando le preguntaron si aceptará buscar la presidencia, respondió risueño: “Quién sabe”. Dijo que no está relacionado con ningún acto de corrupción y pidió responsabilidad a la comisión del caso Lava Jato

Parecía otra entrevista en la que Carlos Mesa iba a negar que será candidato a la Presidencia en 2019. Había sido convocado al set de No mentirás en La Paz para preguntarle sobre la investigación del caso Lava Jato en la Comisión Especial de la Asamblea Legislativa, por el expediente Castillo de Arena, que anota pagos para un tal C.M., y la acusación de la diputada Susana Rivero de que esas iniciales podrían encubrir su nombre. Se había defendido, había dicho que Rivero debe abstenerse de dar declaraciones porque mella algo que para él es muy importante: su dignidad, honestidad y trayectoria personal. Había dicho que ese elemento genera una distorsión política a la investigación, dando pie a la repregunta de Jimena Antelo: 

-“¿Será candidato?”.
Mesa respondió lo de siempre, que “no”, que había tomado la decisión por una cuestión personal –acaba de ser abuelo, a los 64 años– y dos motivos conceptuales: Bolivia necesita renovación política, encontrar líderes de 35 a 40 años que demuestren que son el presente y el futuro, y, la segunda, una especie de revolución de valores, cambiar lo que él considera una degradación ética en la que se enloda y se apunta a las personas y ya se las presume culpables. En ese preciso instante, todo cambió.


“Ahora bien -dijo un Mesa dueño de la situación-, hay un elemento que está muy claro: el Gobierno parece estar invitándome a que sea candidato. Le gusta que sea candidato, aparentemente. He dicho ene veces que no voy a ser candidato y me lanza invitaciones, una, dos, tres, cuatro invitaciones y me imagino que en las próximas semanas lo va a seguir haciendo”.

- “¿Y aceptará la invitación?”, repreguntó Antelo.
- “Quién sabe”, respondió Mesa, dejando una puerta entreabierta.

A partir de ese momento, el expresidente, el hombre que tiene en sus espaldas 25 años de trabajo periodístico, el historiador, el que fue vicepresidente, presidente y que es vocero de la demanda marítima boliviana, ya no fue categórico. Reiteró su deseo de ver crecer a su nieto, su propuesta de relevo generacional, la necesidad de un cambio de valores, pero incluyó ‘peros’.

“Pero te encuentras con un camino de judicialización de la política”, fue uno de ellos. “Me parece inaceptable que el Gobierno te lleve a ese camino y crea que te va a asustar con eso. Por eso va mi respuesta, que no tiene que ver con la posibilidad de decir, de pronto soy candidato porque quién sabe si el Gobierno. El Gobierno te invita a que hagas política para responder a un acto político”, fue otro de ellos.

En contexto

Pero, al menos en teoría, Mesa no fue al programa de PAT a decir “quién sabe” si será candidato, sino a exponer su verdad sobre el capítulo Castillo de Arena de la investigación Lava Jato. Por la tarde, a través de su Twitter, había aceptado la invitación del senador opositor Arturo Murillo para declarar el martes ante la comisión paralela -no la oficial, que lo investiga- y durante la entrevista trató de dejar en claro que si bien licitó el tramo Roboré-El Carmen de la carretera Santa Cruz-Puerto Suárez, los sobornos pagados por la empresa Camargo Correa que se anotan en Castillo de Arena no fueron para él, porque durante su Gobierno no se ejecutó la obra, por la precaria situación económica del país, que le imposibilitó financiar el 20% de contraparte que exigía el crédito del BNDS de Brasil.
 
Sobre los pagos a C.M. que figuran en el documento de la Policía Federal Brasileña, apuntó que en el mismo legajo se nombra a otro C.M., a Claudio Mendes, un sociólogo brasileño investigado por presuntos actos de corrupción. Sin embargo, según Folha de Sao Paulo, los $us 5 millones por los que se investiga al sociólogo son por favorecer con contratos de energía y trenes a una empresa suiza entre 1998 y 2003.

Mesa aseguró que en su Gobierno no había ningún ministro con las iniciales C. Morales, que figuran en otro pago vinculado a las iniciales C.M. y si bien puso sus manos al fuego por su gabinete, no lo hizo con las “instituciones autárquicas” que formaron parte de su administración.

Mesa insistió en que la investigación se debe enfocar entre el 19 de septiembre de 2005 y el 20 de agosto de 2008, es decir, entre los gobiernos de Eduardo Rodríguez Veltzé y Evo Morales, ya que esas son las fechas que figuran en el expediente brasileño. Esto ya fue respondido por la diputada Rivero, que aseguró que no hay una cronología en el documento y que en los pagos a C.M. o C. Morales, se notan cuotas que parecen provenir desde antes de ese periodo.

Durante la entrevista, Mesa defendió sus viajes, dijo que sospechar de sus estadías en Perú sería como sospechar de los viajes de Evo Morales a China por los contratos con la CAMC. No solo se defendió de las acusaciones y atacó al Gobierno actual, sino que también defendió el suyo: lo definió como una gestión de hombres honestos, apegados a los derechos humanos, que sacaron al país del déficit comercial y que posibilitaron el referendo que permitió recuperar el gas de los bolivianos. Eso, es casi un programa de Gobierno.







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