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El Aljibe Café, en la bóveda del templo de San Lázaro, un servicio “bendito”

  23 de mayo de 2018

Un lugar diferente no solo por su diseño arquitectónico y por el sitio donde se encuentra, sino por lo que ofrece. El Aljibe Café despierta el apetito en varios sentidos e invita a la bendición de sus clientes.

Abrió sus puertas en febrero pasado y, ni bien la gente lo vio, comenzó a llamar su curiosidad.

Un sitio sagrado

Esa repercusión no debería sorprender a nadie. El café está situado debajo de la iglesia San Lázaro, exactamente en una de las bóvedas de esa bella estructura que fue recientemente restaurada, en la esquina de las calles Calvo y Padilla.

La orureña Roxana Capriles, que estudió Turismo en la Universidad San Francisco Xavier, la vio un día y supo que tenía mucho potencial.

Además, su idea de ayudar a conservar el patrimonio arquitectónico de la ciudad era para ella una oportunidad que no podía dejar pasar. “Nadie estaba dispuesto a invertir en este sitio”, confía a CAPITALES.

Pero ella se atrevió y, aunque prefiere no revelar la cifra de la inversión, quizá sin pretenderlo pasó a formar parte de un movimiento que, desde no hace mucho, busca refuncionalizar los sitios religiosos para que ofrezcan “beneficios sociales, económicos y culturales”.

¿En la bóveda de una iglesia?

¿Un café en la bóveda de una iglesia? Tal vez a muchos les cuente entender esa combinación, por eso también el proyecto no atrajo a otros emprendedores. Pues, Capriles se arriesgó y convirtió ese lugar subterráneo en un ambiente muy agradable.

Llegó a un acuerdo con la iglesia y le regaló a la ciudad un nuevo atractivo turístico.

Lo que hoy es El Aljibe Café, hace muchos años fue una bóveda de almacenamiento de agua, un albije. Por eso el sitio fue bautizado con ese nombre.

Café y lectura

Se transformó en un lugar acogedor, que ofrece café boliviano y comida chuquisaqueña. Además, fomenta la lectura. Tiene una pequeña biblioteca, con libros principalmente de historia del país y del sur, en particular, además de otros escritos por novelistas nacionales.

“Los jóvenes vienen y se ponen a leer y ven otro tipo de oferta cultural”, dice Capriles, entusiasmada.

“Aljibe Sándwich”

¿La especialidad de la casa? “Tenemos un sándwich con ingredientes muy chuquisaqueños. Se llama ‘Aljibe Sándwich’ y está preparado con lomo ahumado, palta y tomate, en el famoso pan de Villa. Es algo que le gusta mucho a la gente”, asegura la propietaria del local.

El Aljibe Café promueve lo nuestro: la comida chuquisaqueña, el patrimonio arquitetónico, la literatura nacional, la mano obra local…

Recientemente, sumó a su menú unas galletas caseras, hechas con granos locales, en forma de dinosaurios. Una delicia tanto para niños como para adultos. Justamente por esos detalles este es un café que despierta el apetito en varios sentidos. Y muestra al sector de los emprededores que la innovación es el camino.

Un consejo

¿Un consejo para los emprendedores? Capriles señala que todo emprendimiento “requiere mucha voluntad, autodisciplina y constancia”, y que “hacer algo distinto” a la competencia es la vía.

“La gente tiene muchas ideas, la cuestión es llevarlas a cabo; empezar, para bien o para mal, y no desanimarse. Si solo tienes ideas y no las llevas al plano práctico, nunca vas a saber si pudo o no funcionar”, aconseja.

Los números de El Aljibe Café, en la bóveda de San Lázaro

6 meses tomó poner a punto este emprendimiento gastronómico, cuya decoración se basa en el confort y el rescate de la belleza original del lugar.
40 metros cuadrados tiene el local y una capacidad para 18 personas. En el futuro, planea ampliar su capacidad y ofrecer sus servicios en el atrio de la iglesia.

1 café gourmet de Los Yungas, mates con miel de Camargo, jugos, chocolates y galletas con formas de dinosaurios, son parte de su exclusivo menú.

No tiene número el lugar de la calle Calvo donde se encuentra El Aljibe Café. Está casi llegando a la esquina Padilla, en la bóveda de la iglesia de San Lázaro.

1 profesional del turismo, Roxana Capriles, quien estudió esa carrera en San Francisco Xavier, decidió apostar por este negocio con aires patrimoniales.

2 lugares la acogieron antes por trabajo: Santa Cruz y Ecuador. Nacida en Oruro, decidió regresar a Sucre, una ciudad que ama desde su época de estudiante.

3 meses lleva abierto al público y tiene a disposición de sus clientes libros de historia de Bolivia y novelas de Franz Tamayo o Adela Zamudio, entre otros.

60434425 es el teléfono celular de contacto para comunicarse con los responsables de El Aljibe Café y solicitar cualquier tipo de información.







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