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Bolivia tiene 33 variedades de papa, pero baja capacidad de producción

  23 de mayo de 2018

Este tubérculo es el alimento más consumido en el país: cada persona come entre 90 y 100 kilos al año. En todo el territorio hay casi 200 mil hectáreas de este cultivo, una tarea en la que están involucradas más de 250 mil familias bolivianas. Aún así, no alcanza para satisfacer la demanda nacional y esto promueve indirectamente el contrabando de la papa peruana.

Bolivia cuenta con 33 variedades de papa registradas y certificadas oficialmente, pero además con 1.508 “accesiones”, es decir, posibles variedades que no han sido inscritas por la dificultad que representa este trámite y, además, porque muchas de ellas no tienen el rendimiento de las más comerciales.

Pese a esta realidad, el país no tiene la suficiente capacidad de producción para satisfacer la demanda nacional, lo que incentiva al contrabando de papa peruana.

El país carece de producción de papa entre los meses de julio y diciembre, según dijo a CAPITALES el responsable nacional del Programa Nacional de Papa del Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal (INIAF), Jorge Calderón Oropeza, quien aclaró que, paradójicamente, esa entidad recolectó hasta el momento más de 1.800 tipos de papa en el territorio nacional.

“Las accesiones son variedades descritas, pero no inscritas en el Registro Nacional de Variedades”, comenzó explicando Calderón.

“Para registrar una nueva variedad se tiene que hacer ciertas validaciones para estar seguros de que el fruto es homogéneo y distinto a los demás. Por ejemplo su rendimiento (cantidad de producción por hectárea) tiene que ser superior al de las variedades comerciales que se producen actualmente. Son varios pasos que se deben cumplir en un lapso de dos años”, agregó.

Ante la consulta de CAPITALES, dijo que de las aproximadamente 1.500 accesiones, se registra una o dos variedades por año.

La producción nacional

Bolivia produce más de 1,1 millones de toneladas de papa anuales. La Paz es el primer departamento productor, con 335.520 toneladas anuales y una superficie cultivada de 55.195 hectáreas. El segundo es Cochabamba, con 298.069 toneladas anuales y 47.571 hectáreas cultivadas.

En tercer lugar aparece Potosí, con 138.525 toneladas y 30.757 hectáreas, y en cuarto Chuquisaca, con 112.287 toneladas anuales y 22.888 hectáreas de superficie cultivada.

En Chuquisaca, los principales municipios productores son: Incahuasi, Villa Charcas y Culpina, según dijo a este suplemento Calderón.

La Feria Nacional de la Papa

CAPITALES asistió al Festival Nacional de la Papa, que se realizó entre el 16 y 20 de mayo pasado en el municipio de Betanzos, del departamento de Potosí. Allí se confirmó que este es el cuarto alimento de consumo masivo del planeta. El primero es el arroz, luego vienen el trigo y el maíz.

El mayor consumidor de papa en el mundo, por su cantidad de habitantes, es China. En el país asiático cada persona consume, en promedio, 90 kilos al año.

En Bolivia, el consumo por persona oscila entre 90 y 100 kilos al año. La papa es el alimento más consumido en el país, donde tiene casi 200 mil hectáreas de cultivo y en esta tarea están involucradas más de 250 mil familias.

Podría producir más, incluso transformar el producto y exportarlo, si hubiera más apoyo gubernamental y, además, decisión de los productores.

El trabajo del INIAF

La cantidad de variedades de papa siempre ha sido parte del imaginario popular. El INIAF aprovecha las ferias como la desarrollada en días pasados para seguir recogiendo nuevas variedades.

Después del acopio, su personal visita a los productores en sus lugares de origen para verificar de qué variedades se trata exactamente. Recoge muestras que se depositan en el Centro de Innovación Toralapa, en Cochabamba.

De acuerdo con la explicación ofrecida por Calderón, cada año se van “refrescando” las más de 1.800 accesiones del tubérculo para tenerlas a disponibilidad de los agricultores que hayan perdido algunas variedades de su interés.

Por ley, el Programa Nacional de Papa del INIAF es responsable de la investigación del cultivo de la papa. Trabajan en tres áreas: la transformación de variedades nativas en chuño y tunta, la identificación de los usos principalmente económicos, y la introducción del producto al mercado.

Para consumo propio

El reto del Programa es poner a disposición de los consumidores variedades desconocidas de tubérculos que tienen muchas propiedades alimenticias, pero cuya siembra es exclusiva para el consumo interno de cada familia productora.

Calderón explicó que hay variedades que se van perdiendo porque los agricultores prefieren cultivar las más comerciales al sopesar las ganancias económicas. Esto pese a que algunos tipos de papa nativa tiene mejores propiedades alimenticias.

Bolivia exporta papa, pero en poca cantidad

Bolivia sí exporta papa, pero en poca cantidad, informó a CAPITALES el responsable del Programa Nacional de Papa del Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal (INIAF), Jorge Calderón Oropeza.

Dijo que así como se tiene variedad de papa, también hay mucha variabilidad de problemas fitosanitarios. Entonces, no se puede cumplir con la norma internacional para exportar papa fresca en este momento.

En la actualidad Bolivia exporta al Brasil semilla prebásica, es decir, la que se utiliza para la siembra. Otro mercado al que llega este producto es el Paraguay, aunque en poca cantidad.

Calderón indicó que hay chance de exportar la papa transformada a la China y algunos países de Europa, pero la condición es que los productos, chips o papas fritas embolsadas tengan contenidos de hierro y zinc. En cuanto a la papa fresca, los chinos representan un mercado potencial, pero Bolivia por el momento no puede cumplir sus exigencias para la exportación. “Hay muchas restricciones especialmente por el tema de plagas, es algo que se debe superar”, manifestó Calderón.

Por otro lado, se exporta chuño enlatado, especialmente a España. “Desde 2002 la empresa Dillmann exporta chuño enlatado a España, pero en cantidades mínimas”, precisó.

De manera informal se lleva papa natural a Buenos Aires. “Los migrantes añoran consumir papa, chuño, maní y ají y se dan modos para llevar estos productos; entonces hay un mercado, pero reducido”.

Acotó que la papa se puede transformar en muchos productos, por ejemplo desde hace seis meses en Corea del Sur se está haciendo jabón de papas. También hay fideos hechos con este tubérculo, cuyo consumo no es habitual en nuestro país pero que se puede encontrar en los supermercados.

DATOS SOBRE LA PAPA

Bolivia y Perú son el centro de origen de la papa. Ambos países tienen la mayor variedad genética del mundo. El núcleo mismo está alrededor del lago Titicaca.

Allí las familias manejan más de 70 variedades por parentela. En muchos casos, la papa en forma de “mixtura” (mezcla de variedades).
Hay variedades que no se venden en los mercados del país porque los agricultores las utilizan para su propio consumo y porque dan prioridad a las comerciales.

En Bolivia la papa es el único producto que va de dos formas en un solo plato: como papa fresca y como chuño. Casi todos los platos criollos llevan este producto.

Restaurantes exclusivos de Sucre, Cochabamba, Potosí y Uyuni que trabajan con turistas compran papas nativas lavadas para el consumo de sus clientes.

Compran cada quintal a un precio que oscila entre 400 y 500 bolivianos. Una arroba cuesta alrededor de Bs 100.

La papa es un producto que contribuye al cálculo del índice de la inflación, porque está incluido en la canasta básica familiar.

El Programa Nacional de Papa atiende la demanda de productores y transformadores de los nueve departamentos del país.
La dificultad de cubrir el mercado de la papa precongelada

Lo que no se puede cubrir en el mercado interno del país es la demanda de papa precongelada: papa pelada y picada en bastones, que es precocida y congelada, según comentó a CAPITALES el responsable nacional del Programa Nacional de Papa del Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal (INIAF), Jorge Calderón.

Actualmente, cadenas nacionales de pollos están importando este producto directamente de Argentina, Perú y Canadá. El país lo importa por un valor de 30 millones de dólares anuales. “La demanda sigue creciendo porque Bolivia no cumple con los estándares de calidad que se exige. Esa es la gran barrera”, sostiene el experto.

El INIAF identificó tres variedades nativas que tienen buen rendimiento en zonas de altura y cumplen con el contenido de azúcar y otras características para la fritura.

Además, se están introduciendo al mercado las variedades Cardinal, Jatun Puka y Pukara, muy apetecidas por la industria, que demanda este producto durante todo el año.

Lo malo es que, como ocurre con todos los tipos de papa, no se puede satisfacer la demanda porque no hay suficiente capacidad de producción para abastecer el mercado durante todo el año.

“Por ejemplo, Industrias Venado pidió 30 toneladas de papa por semana durante todo el año y no se puede atender su pedido porque no se tiene esa capacidad”, comenta Calderón.

El Estado invirtió en el Programa Nacional de Papa para que provea con semillas a las zonas que tienen riego y condiciones para realizar una “mishka” (siembra postrera de papa) y así abastecer con el tubérculo entre los meses de julio y diciembre. “Queremos organizar a los productores por áreas o sectores para producir papa de forma continua para la industria durante todo el año. El fin es que nunca falte, pues la industria no para”, comenta el experto.







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