El Banco Mundial proyecta para Bolivia un crecimiento económico de apenas 3,8% este año en un contexto de mayor expansión en la región, según un informe denominado “Perspectivas económicas mundiales 2018” presentado ayer.
Se trata de la previsión más baja de los organismos internacionales para el país, ya que el Fondo Monetario Internacional (FMI) pronostica un 3,9% y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) un 4%.
La previsión para la economía boliviana en 2019 es de una tasa de 3,4% y de 3,3% en 2020.
“Se espera que el crecimiento de la región se acelere a un 2% en 2018 y un 2,6 % en 2019. De acuerdo con las previsiones, el fortalecimiento del consumo y la inversión privados, especialmente en países exportadores de productos básicos, impulsarán el crecimiento”, señala el Banco Mundial en su reporte.
En Brasil, se aguarda que el crecimiento repunte al 2% este año, a medida que las mejoras de las condiciones laborales y la baja inflación impulsen el consumo privado, desaparezcan los efectos residuales de la recesión y las condiciones de política respalden más la inversión (gráfica).
Se prevé que Argentina crecerá un 3% con la ayuda de la inversión en infraestructura.
El Banco Mundial también señala que los esfuerzos de recuperación tras las inundaciones, realizados a principios de 2017, deberían impulsar el crecimiento en Perú, que podría aumentar al 3,8% este año.
Se anticipa que Colombia alcanzará un 2,9% de expansión debido al consumo privado, la recuperación de las exportaciones y reformas estructurales para mejorar la competitividad.
Según las estimaciones, Chile se dinamizará un 2,4%, debido a que el aumento de los ingresos disponibles, las exportaciones de la minería y las condiciones financieras respaldarán el aumento del consumo y la inversión.
El crecimiento de México se pronostica que repuntará al 2,1 % en 2018 y al 2,6% en 2019 debido a una recuperación en las inversiones, a medida que se diluya la incertidumbre en torno al futuro del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y al resultado de las elecciones presidenciales de julio.
El Banco Mundial advierte que crecimiento de la región está sujeto a considerables riesgos de desaceleración.
La incertidumbre política Brasil, Guatemala y Perú podría frenar el dinamismo.
El crecimiento de la región puede verse perjudicado por las perturbaciones generadas por desastres naturales, efectos secundarios negativos provenientes de alteraciones en los mercados financieros o un aumento del proteccionismo comercial en Estados Unidos, además de un mayor deterioro de las condiciones fiscales de cada país.
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